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Patrimonio intangible

La música y la danza en la Huasteca Veracruzana son actividades primordiales porque acompañan los distintos rituales y ceremonias, forman parte de la vida cotidiana para agradecer las bondades de las divinidades. Uno de los géneros musicales más conocidos en esta región es el son huasteco: música, canto, baile y fiesta, integrado por violín, jarana huasteca, quinta huapanguera. Su canto se caracteriza por el falsete, que es la proyección de la voz en un tono muy agudo, se canta en versos quintilla, sexteta, seguidilla, estribillo o tirada y décima.
En la gastronomía uno de los alimentos representativos de la huasteca es el tamal, “tamal grande”, el zacahuil, que se elabora en la fiesta de todos santos y es el símbolo de la espera de las animas benditas lo cual significa que todos comerán en unión; otro platillo que tiene un significado social son las albóndigas que acompaña a fiestas como bodas, quince años y lavamanos. También están los tradicionales bocoles y las enchiladas huastecas, entre otros platillos.
Entre los grupos indígenas de esta zona tiene particular importancia la existencia de prácticas relacionadas con rituales agrícolas, asociados a la salud-enfermedad o al ciclo de vida; esto nos habla de una particular concepción del mundo, manifestada en sus lenguas, formas de producción, organización social y vida cotidiana.