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La Huasteca Queretana

Es una de las regiones más accidentadas y escarpadas de la Sierra Madre Oriental, declarada Reserva de la Biosfera, el 19 de mayo de 1997. Esta área natural protegida se ubica al norte del estado y abarca los municipios de Jalpan de Serra, Arroyo Seco, Landa de Matamoros, Pinal de Amoles, San Joaquín y Peñamiller y se caracteriza por sus impresionantes cañones, montañas, cascadas y profundos abismos. Ocupa una extensión de 383,567 hectáreas, y alberga todos los micro climas del país.

Grupos étnicos:
Peñamiller: Otomí
Jalpan de Serra: Tennek / Xi´oi (Pames)

Municipios:
Jalpan de Serra, Landa de Matamoros, Arroyo Seco, Pinal de Amoles, San Joaquín y Peñamiller



Galería




Elementos culturales emblemáticos generales de toda la región


Son o Huapango Arribeño

El Huapango Arribeño y la Poesía Decimal Campesina es la tradición musical y poética más importante y original del noreste de Guanajuato. Su área de influencia se extiende a la zona media de San Luis Potosí y noreste de Querétaro.

El Huapango arribeño es un género mestizo que presenta notables similitudes con la tradición de los juglares y trovadores medievales. El devenir histórico hizo que llegara a Xichú, San Luis de la Paz, Atarjea, Arroyo Seco, Sanciro, Rioverde, Cerritos, Cárdenas, Rayón y a otros municipios de la Sierra Gorda.

La décima, estructura poetico-musical, en el oficio de trovar, son las formas propias de los desafíos o "tensones" que ya se daban en los encuentros poéticos de la europa del siglo X, la cual, al entrar en contacto con elementos de la cultura local, en México, cristalizó en una expresión artística muy arraigada en el gusto del campesino y vinculada ampliamente a su vida social.

Parte fundamental de la tradición del huapango arribeño es la Topada, situación en la que dos trovadores se enfrentrán artísticamente en el contexto de la fiesta y el baile acompañados de sus respectivos músicos: dos violinistas y un vihuelero; el travador ejecuta una guitarra quinta huapanguera; abordando temas de contenido social, histórico, religioso, de humor, ingenio, etc... por medio de poesía travada (glosada) convinada con improvisaciones y música de valonas, jarabes y sones.

El desarrollo de la topada tiene dos momentos: Del atardecer a la media noche (aproximadamente), se aborda el tema de fundamento planteado por alguno de los trovadores; luego inicia el desafío picaresco: la "bravata" o aporreón, que finaliza al amanecer. (dependiendo del compromiso con el anfitrión)

Lo singular en el huapango o son arribeño es que los músicos están dispersos, es decir, cuando se contrata una música de huapango arribeño, se contacta con un solo músico, con él se realiza una especie de contrato de palabra, donde se le dice la fecha, el lugar y el motivo de la fiesta. A su vez este busca a los compañeros que formarán el grupo el día de la fiesta. Actualmente (2004) algunos músicos han tratado de conformar un grupo que pretende sea permanente, tal es el caso del grupo llamado Guillermo Vélazquez y los Leones de la Sierra de Xichú, Dr. Chessani y sus huapangueros de Rio Verde, Tobias Hernández y su Alegria Arribeña, Pablos González y su Armonía Arribeña, Ciro y sus huapangueros de Xichú y recientememente Sebastían Jiménez y los Andariegos de la Sierra. Estos en la zona del noreste de Gto. En la parte queretana se encuentra don Lupe Reyes y los Reyes del Refugio.


Flauta de pífano

El pífano, Si ya la presencia de una flauta especial en la huasteca, en una región limitante con la frontera de Querétaro y representativa de una de las etnias presentes en este estado, resalta aún más la presencia de otro conjunto instrumental enarbolado por una flauta particular: el pífano del semidesierto el cuál es ejecutado junto con un pequeño tambor. A los músicos que lo interpretan se les conoce como tunditos. La flauta, elaborada en carrizo es cada vez menos usada. Su contexto original es el acompañamiento de procesiones y fiestas. Una de sus características principales es la presencia de un aeroducto de geometría particular y que aporta una tímbrica única al mismo. En la actualidad existen algunos pifaneros pero cada vez son menos. Existe registro sonoro de ello, sin embargo parece insuficiente y la tradición implicada en la ejecución parece está en riesgo inminente.


Flauta hoja o de mierlitón

La flauta Pame, Nipil´jiji o flauta hoja, uno de los último aerófonos precolombinos de América, es sin duda alguna reminiscencia de los pueblos originarios de la Sierra Gorda. Es testimonio de la presencia de los Xi´oi, vocablo que en su lengua significa “hombres verdaderos”

Para los Pames o Xi´ói esta expresión artística cumple con la función determinada por su filosofía: su compromiso con la tierra, con el hombre, con la naturaleza; es una manifestación individual o social, interpretada en lengua pame que acompaña los aspectos de su vida comunitaria que los distingue como grupo étnico.

Históricamente, el territorio de los grupos indígenas de México ha tenido límites cambiantes; fronteras que debido a diversos factores, se estrechan y expanden; así por ejemplo, la región pame ha sido fragmentada por la línea divisoria de los Estados de Querétaro y San Luis Potosí. Sin embargo, estos márgenes se han visto rebasados por la dinámica cultural de los grupos humanos.

Para los Pames, el expresarse musicalmente es una forma de comunicación con la naturaleza, con sus ancestros, con su cosmovisión. Los sonidos que escuchamos de la flauta Pame, interpretados por el músico Rufino Medina, de Santa María Acapulco y Juan Medina, de San Diego, ambos del Estado de San Luis Potosí, nos permiten trasportarnos a una cultura y manera de ser diferentes. La música que interpretan son sones del mitote, que representan los ritos comunitarios destinados a las divinidades atmosféricas y a la muerte.

Los sonidos de esta singular flauta, construida con 4 elementos de origen animal y 2 vegetales, en la que el vibrato o membrana vibratoria es la telaraña de una araña, la cual reproduce el tono nasal y tonal de la lengua Xi´oi, sirve hoy en día como homenaje a los últimos descendientes de aquellos orgullosos tiradores de arco y flecha, cuyo amor a la libertad representó su casi total exterminio.